Día uno, soy Dánhyele.

Personas con rostro borroso, aquello que somos. Nuestras inalcanzables reminiscencias han dormido y deseamos hacerlo también. El sueño es la persistente advertencia de que la vida no muere. Y, si nuestros recuerdos se alejan de nosotros ¿con qué engañaremos al destino?
Oh, sin esperanza, sin ilusiones fluyendo en nuestra mente.
La vida no perece en el principio, pero la destrucción se enamora de su eternidad y la arrebata para sí.
La historia de un chico que aprende a conocer su vida...o su muerte.

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