Lágrimas de olvido

Mi respiración colmaba aquella oscura y fría habitación que se hacía cada vez más pequeña, podía ver reflejado en las paredes un paraíso irreal, se escuchaban voces, voces de almas atrapadas, queriendo escapar de su condena eterna, pero en realidad era yo quien me las imaginaba, había caído en la alucinación. Mi piel inundada por un color más blanco que el de la misma nieve en pleno diciembre, estaba sedienta de sol, solo quería salir de allí. Pero tal cual como esas almas producidas por mi imaginación, que estaban atrapadas, igual lo estaba yo.Tantas preguntas, pero ninguna respuesta, solo más y más preguntas, que seguían sin ser respondidas. Ya habían pasado tres meses, doce días y siete horas, desde que me separaron de lo único que me daba vida, o al menos ganas de vivir. Quería creer que todo estaba bien, que todo esto era solo una horrible pesadilla, que al próximo día despertaría y el estaría a mi lado, que probablemente el estaría buscando una forma de sacarme de aquí, que el cobraría venganza a todos y cada uno de los que me hicieron esto, los que me llevaron sin siquiera aviso alguno, nadie jamás me preparo para algo así, de verdad quería creer que esto era una pesadilla, de verdad, no saben cuánto. Pero no, esta era mi cruda realidad. Malena Grey, ese era mi nombre, el nombre que ahora estaba en la televisión, radio, periódicos y carteles. ¿Se suponía que eso era algo bueno? ¿Qué ahora todos supieran mi nombre?, es decir, se supone que ver tu nombre en todos lados es algo emocionante. El único detalle es, que me hubiera gustado que la gente supiera mi nombre de otra manera, o por otra razón, ya que no me encontraba en todos esos medios por fama, en parte si, pero mi fama se debía, a que yo llevaba tres meses, doce días y siete horas desaparecida. “Desaparecida” ese término me causaba gracia, porque yo no había “desaparecido” por accidente.