PRÓLOGO

No todas las historias de amor comienzan con una mirada.
Algunas empiezan con un susto... y un diario robado.
Abigail solo quería empezar de nuevo: dejar atrás la muerte de su padre, los silencios incómodos con su madre, y las pesadillas que nunca la dejan dormir. Pero su nuevo departamento trae consigo algo más que independencia: un fantasma con ego, sentido del humor retorcido... y una tarántula.
Artur está atrapado entre la vida y la muerte. Su cuerpo sigue en coma, pero su alma se resiste a irse. No entiende cómo esa chica puede verlo, ni por qué su voz lo hace sentir más vivo que nunca. Y lo peor... es que empieza a importarle.
Estaba viva, pero vacía.
Él estaba muerto, pero la hacía sentir más real que nunca.
Una convivencia imposible.
Un vínculo inesperado.
Un reloj que no deja de avanzar.
Porque no es que ella se haya enamorado de un fantasma...
Es que, por primera vez, alguien la vio de verdad.