|<>|prólogo;

«- ¿Cuánto tiempo llorarás en silencio por mí? »

El odiaba verla llorar por alguien.
El odiaba verla besar otros labios.
El odiaba que ya no temblara cada vez que se acercaba a su oído.
El odiaba sentirse de esa manera.
El odiaba la manera en que sus ojos se iluminaban y no era por el.
El odio todo eso, menos a ella.
El no odia la forma en que lo trata.
El no odia su forma de verlo.
El no odia que se ría de el.
El no odia que lo aprecie.

Su corazón, negro y lleno de barricadas, bajó la guardia y terminó en un callejón sin salida.

El era sumamente hermoso, pero, no todo es perfecto y dentro de toda esa belleza había espinas, como una rosa, una rosa negra.