soh_hm
Dicen que la vida puede cambiar en un segundo, pero a mí me cambió en un grito. Todavía puedo sentir el frío del metal, el olor a miedo en la cabina y la fuerza con la que mis padres me sostenían, como si sus manos pudieran detener la caída de un monstruo de acero.
"Mami y papi te aman..."
Esa frase se quedó tatuada en mi mente mientras el mundo se volvía negro. Desperté tres meses después en una habitación blanca, con el corazón vacío y la noticia de que ahora estaba sola. O eso creía.
Pasé años encerrada en un orfanato, escondida tras vestidos de flores y recolección de frutas, convencida de que yo era la
"niña de la mala suerte".
La que sobrevivió cuando no debía. La que nadie querría cargar.
Hasta que llegó él. Jack Whisruen.
Él no buscaba una niña pequeña; me eligió a mí. Me sacó del encierro para llevarme a una mansión que parece sacada de un sueño, pero que se siente como un campo minado. Porque detrás de los lujos y las habitaciones color rosa pastel, están ellos: sus hijos.